El fénix correspondiente al Bennu egipcio, es un ave mitológica. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. No fueron 500 años ni tampoco se prendió fuego, pero lo de Luis fue notable. Se comió un pijazo talle XXL perdiendo casi todas sus fichas y eso no lo liquidó. Con suerte y empeño encaró y encaró hasta terminar alzando la copa. Felicitaciones.
Linda noche de naipes en la flamante residencia de los Gasco. Fuimos ocho solamente pero siempre con onda. Diego se fue a dormir temprano harto de esperar la sonrisa de la fortuna. Lo siguió Andrés un rato después con la misma carátula en la causa. Quedamos seis para la batalla campal de las últimas manos. Estuvo muy tranquilo en ese aspecto y el promedio de cajas pedidas así lo confirma. No hubo nadie pegando manotazos de ahogado sobre el final.
Veamos las posiciones luego de jugadas diez fechas.
Ahora vienen las tablas de posiciones que cuentan mucho de lo que sucede. En el promedio de manos vemos un cambio de líder. Nacho agarró la puntita y parece que el saxofonista piensa arrasar con todos los títulos este año. Sé que hay algunos que todavía tienen inconvenientes tratando de entender estas tablitas. El número azul que está entre paréntesis indica la cantidad de cajas que ganó a lo largo del año, sumando todas las partidas que jugó. Obviamente tienen más los que menos faltan. El otro número es el promedio de manos que gana cada vez que se sienta a jugar. Está realmente parejo.
El promedio de cajas también ilustra graciosamente lo que acontece cuando nos juntamos a jugar. Diego es el más cauteloso (?) y Nacho el que mejor maneja el asunto a nivel eficiencia. Digamos que no precisa comprar muchas cajas para rompernos el culito. Como verán en los números azules entre paréntesis, el que más cajas compró en todo el año soy yo. Invertí $ 1890 para el pozo. De todos modos el que aparece como el más generoso es Martín, que colabora con casi 27 cajas cada vez que se sienta en la mesa.
👊
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